P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:1 [Deben tener presentes estas re..] (10:10)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4]
No memos
Deben tener presentes estas restricciones
cuando en lo que sigue supongamos que las operaciones fallidas son actos
psíquicos y nacen por la interferencia de dos propósitos.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:2 [El fenómeno posee un sentido. ..] (14:14)
(Super)
Códigos: [Sentido - Familia: Conferencia 4]
No memos
El
fenómeno posee un sentido. Por «sentido» entendemos significado, propósito,
tendencia y ubicación dentro de una serie de nexos psíquicos.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de introducción
al psicoanálisis Buenos AiresMadrid
Amorrortu.docx - 1:3 [Existe una cantidad de otros f..] (16:16)
(Super)
Códigos: [acciones casuales - Familia: Conferencia 4] [acciones
síntomaticas - Familia: Conferencia 4]
No memos
Existe una cantidad de otros fenómenos que se
aproximan mucho a las operaciones fallidas, pero a los cuales ya no conviene
darles ese nombre. Los llamamos acciones casuales y acciones sintomáticas
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:4 [Se distinguen de las acciones ..] (16:16)
(Super)
Códigos: [acciones casuales - Familia: Conferencia 4] [acciones
síntomaticas - Familia: Conferencia 4] [Operaciones fallidas - Familia:
Conferencia 4]
No memos
Se distinguen de las acciones fallidas porque
no hay otra intención con la que choquen y que sea perturbada por ellos. Por
otra parte, se confunden, sin que haya una línea demarcatoria, con los gestos y
movimientos que consideramos como expresión de los movimientos del ánimo. A
estas acciones casuales pertenecen todos los manejos que se ejecutan como
jugando, en apariencia sin fin alguno, con nuestra ropa, con partes de nuestro
cuerpo, con objetos que están a nuestro alcance, así como las omisiones de
aquellos manejos y, también, las melodías que tarareamos para nosotros. Afirmo
que todos estos fenómenos poseen sentido y son interpretables de la misma
manera que las acciones fallidas; son pequeños indicios de otros procesos
psíquicos, son actos psíquicos de pleno derecho. Pero no pienso detenerme en
esta nueva ampliación del ámbito de los fenómenos anímicos, sino regresar a las
operaciones fallidas, en las que pueden obtenerse, con nitidez mucho mayor, comprobaciones
importantes para el psicoanálisis
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:5 [Las cuestiones más interesante..] (18:18)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4]
No memos
Las cuestiones más interesantes que hemos
planteado con relación a las operaciones fallidas y a las que no hemos
respondido todavía son sin duda las siguientes: Hemos dicho que son resultado
de la interferencia de dos intenciones diversas, de las que una puede llamarse
la perturbada, y la otra, la perturbadora. Las intenciones perturbadas no dan
motivo a preguntas ulteriores, pero de las otras queremos saber, primero, qué
clase de intenciones son esas que emergen como perturbadoras de otras y,
segundo, cómo se comportan las perturbadoras respecto de las perturbadas.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de introducción
al psicoanálisis Buenos AiresMadrid
Amorrortu.docx - 1:6 [La intención perturbadora en e..] (22:22)
(Super)
Códigos: [Fuerza perturbadora - Familia: Conferencia 4]
No memos
La intención perturbadora en el trastrabarse
puede mantener un vínculo de contenido con la perturbada, y entonces incluye su
contradicción a ella, su rectificación o su complemento. O bien, y es el caso
más oscuro y el más interesante, la intención perturbadora nada tiene que ver
en su contenido con la perturbada.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:7 [En los ejemplos por ustedes co..] (26:26)
(Super)
Códigos: [Fuerza perturbadora - Familia: Conferencia 4]
No memos
En los ejemplos por ustedes conocidos que dan
la impresión de contracciones o abreviaciones, se trata de rectificaciones,
añadidos o continuaciones con las que una segunda tendencia se hace valer junto
a la primera. Ciertas cosas salieron a Vorschein {a la luz), pero él preferiría
decir que eran Schweinereien {porquerías}; por tanto: «Ciertos hechos salieron
a Vorschwein». Las personas que pueden entenderlo se cuentan con los dedos de
la mano; pero no, en verdad no hay sino uno que las entienda; por tanto: «Se
cuentan con un dedo». O mi marido puede comer y beber lo que quiera, pero
ustedes saben que yo por nada del mundo tolero que quiera algo; por tanto:
«Puede comer y beber lo que yo quiera». En todos estos casos, pues, el
trastrabarse proviene del contenido de la intención perturbada misma o se anuda
a ella.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:8 [Ilustraciones del primero de e..] (24:26)
(Super)
Códigos: [La segunda fuerza se apoya en la primera - Familia:
Conferencia 4]
No memos
Ilustraciones
del primero de esos dos vínculos podemos hallar sin dificultad en los ejemplos
que ya conocemos y en otros parecidos. En casi todos los casos de trastrabarse
en lo contrario, la intención perturbadora expresa el opuesto de la perturbada;
la operación fallida es la figuración del conflicto entre dos aspiraciones
incompatibles. «Yo declaro abierta la sesión, pero preferiría haberla cerrado
ya», he ahí el sentido del desliz del presidente. Una revista política que ha
sido acusada de corruptela se defiende en un artículo que debe culminar con
estas palabras: «Ponemos a nuestros lectores por testigos de que siempre hemos
campeado desinteresadamente por el bien de la comunidad». Pero el redactor a
quien se confió la defensa escribe: «interesadamente». Vale decir, piensa «Eso
es lo que yo me veo obligado a escribir, pero sé que las cosas son de otro
modo». Un diputado [del parlamento alemán] que exhortaba a decir al emperador
la verdad rückhaltlos (sin reservas) ha de haber escuchado en su interior una
voz que le raetía miedo por su osadía, y mediante un trastrabarse mudó el
«ruckhaltlos» en «rükgratlos» {sin espina dorsal} (ver nota).
En los ejemplos por ustedes conocidos que dan
la impresión de contracciones o abreviaciones, se trata de rectificaciones,
añadidos o continuaciones con las que una segunda tendencia se hace valer junto
a la primera. Ciertas cosas salieron a Vorschein {a la luz), pero él preferiría
decir que eran Schweinereien {porquerías}; por tanto: «Ciertos hechos salieron
a Vorschwein». Las personas que pueden entenderlo se cuentan con los dedos de
la mano; pero no, en verdad no hay sino uno que las entienda; por tanto: «Se
cuentan con un dedo». O mi marido puede comer y beber lo que quiera, pero
ustedes saben que yo por nada del mundo tolero que quiera algo; por tanto:
«Puede comer y beber lo que yo quiera». En todos estos casos, pues, el trastrabarse
proviene del contenido de la intención perturbada misma o se anuda a ella.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:9 [El otro modo del vínculo entre..] (28:30)
(Super)
Códigos: [Cuando la segunda fuerza es independiente de la primera -
Familia: Conferencia 4]
No memos
El
otro modo del vínculo entre las dos intenciones que se interfieren opera de
manera sorprendente. Si la intención perturbadora nada tiene que ver con el
contenido de la perturbada, ¿de dónde viene entonces y a qué se debe que se
haga notable como perturbación precisamente en ese punto? La observación, única
que puede dar aquí una respuesta, permite reconocer que la perturbación
proviene de una ilación de pensamientos que había ocupado poco antes a la
persona en cuestión y ahora repercute de esa manera, sin que importe que ya
haya encontrado o no expresión en el decir. Por tanto, debe caracterizársela en
verdad como posposición del sonido, pero no necesariamente como posposición del
sonido de palabras dichas. Tampoco en este caso falta un nexo asociativo entre
lo perturbante y lo perturbado, pero no está dado en el contenido sino
artificiosamente, y a menudo se establece por vías de conexión muy forzadas.
Escuchen ustedes un ejemplo simple, que yo
mismo he observado. Cierta vez, en nuestros hermosos Dolomitas, me encontré con
dos damas vienesas que iban vestidas como turistas. Las acompaño un trecho, y
hablamos de los goces pero también de los esfuerzos de la vida del turista. Una
de las damas conviene en que ese modo de pasar el día trae muchas
incomodidades. «Es verdad», dice, «que no es agradable marchar bajo el sol todo
el día y trasudarse blusa y camisa». Al decir esta frase tuvo que vencer una
pequeña vacilación. Después siguió: «Pero cuando se regresa nach Hose y una
puede mudarse de ropa ... ». No hemos analizado este trastrabarse, pero espero
que podrán comprenderlo fácilmente. La dama había tenido el propósito de hacer
una enumeración más completa y decir «blusa, camisa y Hose (calzón}». Por
motivos de decoro se suprimió la mención del Hose, pero en la frase siguiente,
por completo independiente de la primera en cuanto al contenido, la palabra no
pronunciada salió a la luz como deformación de «nach Hause» {a casa}, de sonido
parecido
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:10 [Al primer grupo pertenecen los..] (32:32)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4]
No memos
Al primer grupo pertenecen los casos en que
la tendencia perturbadora le es notoria al hablante, y además la notó antes de
trastrabarse. Así, al decir erróneamente «Vorschwein», el hablante no sólo
admite que se había formado el juicio «Schweinereien» {porquerías} sobre los
procesos en cuestión, sino también que había tenido el propósito, del que
después desistió, de expresarlo. Un segundo grupo lo constituyen otros casos en
que la tendencia perturbadora es de igual modo reconocida por el hablante como
suya, pero no sabe que estuvo activa en él justamente antes del desliz. Acepta
entonces nuestra interpretación, pero en cierta medida le produce asombro.
Ejemplos de esta conducta pueden darse con mayor facilidad tal vez para otras
operaciones fallidas que para el trastrabarse. En un tercer grupo, el hablante
desautoriza enérgicamente la interpretación de la intención perturbadora; no
sólo impugna que se hubiera despertado en él antes del trastrabarse, sino que
pretende aseverar que le es absolutamente extraña.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:11 [Puedo darme cuenta de lo que l..] (32:32)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4] [Técnica -
Familia: Conferencia 4]
No memos
Puedo darme cuenta de lo que los asusta. Mi
interpretación incluye el supuesto de que en el hablante pueden exteriorizarse
intenciones de las que él mismo nada sabe, pero que yo puedo discernir por
indicios. Ante un supuesto tan novedoso y de tan graves consecuencias, ustedes
se detienen. Yo lo comprendo, y hasta ahí les concedo razón. Pero dejemos
sentado esto solo: Si quieren aplicar de manera consecuente la concepción de
las operaciones fallidas que tantos ejemplos vienen a confirmar, tendrán que
decidirse por adoptar ese extraño supuesto que hemos mencionado. Si no pueden
hacerlo, deberán renunciar entonces a esta recién adquirida comprensión de las
operaciones fallidas.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:12 [Detengámonos todavía en lo que..] (34:34)
(Super)
Códigos: [los tres mecanismos - Familia: Conferencia 4]
No memos
Detengámonos todavía en lo que une a los tres
grupos, en lo común a los tres mecanismos del trastrabarse. Por suerte, eso es
inequívoco. En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es confesada
por el hablante; y en el primero, por añadidura, se ha anunciado inmediatamente
antes del desliz. Pero en los dos casos es refrenada {Zurückdrängung}. El
hablante se ha decidido a no trasponerla en un dicho, y entonces le ocurre el
desliz, vale decir, la tendencia refrenada se traspone contra su voluntad en
una exteriorización, ya sea alterando la expresión de la intención que él había
admitido, entreverándose con ella o bien directamente sustituyéndola. En esto
consiste, pues, el mecanismo del trastrabarse.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:13 [Ahora podemos volver a la preg..] (32:32)
(Super)
Códigos: [los tres mecanismos - Familia: Conferencia 4]
No memos
Ahora podemos volver a la pregunta principal
que venimos posponiendo desde hace tiempo: ¿Qué clase de intenciones son las
que de manera desacostumbrada se expresan como perturbaciones de otras? Ellas
son, claro está, de índole muy diversa; queremos hallar lo que tienen en común.
Si para ello estudiamos una serie de ejemplos, ense guida se nos separarán en
tres grupos. Al primer grupo pertenecen los casos en que la tendencia
perturbadora le es notoria al hablante, y además la notó antes de trastrabarse.
Así, al decir erróneamente «Vorschwein», el hablante no sólo admite que se
había formado el juicio «Schweinereien» {porquerías} sobre los procesos en
cuestión, sino también que había tenido el propósito, del que después desistió,
de expresarlo. Un segundo grupo lo constituyen otros casos en que la tendencia
perturbadora es de igual modo reconocida por el hablante como suya, pero no
sabe que estuvo activa en él justamente antes del desliz. Acepta entonces
nuestra interpretación, pero en cierta medida le produce asombro. Ejemplos de
esta conducta pueden darse con mayor facilidad tal vez para otras operaciones
fallidas que para el trastrabarse. En un tercer grupo, el hablante desautoriza
enérgicamente la interpretación de la intención perturbadora; no sólo impugna
que se hubiera despertado en él antes del trastrabarse, sino que pretende
aseverar que le es absolutamente extraña.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:14 [Y desde mi punto de vista, tam..] (36:36)
(Super)
Códigos: [los tres mecanismos - Familia: Conferencia 4]
No memos
Y desde mi punto de vista, también al proceso
que ocurre en nuestro tercer grupo puedo hacerlo armonizar perfectamente con el
mecanismo aquí descrito. Me basta suponer que estos tres grupos se diferencian
por el alcance mayor o menor en que fue refrenada la intención. En el primero,
la intención está presente y se le hace notoria al hablante antes de su
proferencia; sólo después experimenta el rechazo {Zurückweisen} del cual se
desquita en el trastrabarse. En el segundo grupo, el rechazo tiene un alcance
mayor; la intención ya no es notoria antes de la proferencia. ¡Qué extraño que
ello en modo alguno le impida participar en la causación del trastrabarse!
Ahora bien, esta conducta nos facilita la explicación del proceso que ocurre en
el tercer grupo. Tendré suficiente osadía para suponer que en la operación
fallida puede exteriorizarse aun una tendencia que desde hace mucho tiempo,
quizá desde hace muchísimo tiempo, ha sido refrenada, que no es notada y por
eso el hablante puede desmentirla directamente. No obstante, dejen ustedes de
lado el problema del tercer grupo; por las observaciones hechas en los otros
casos tienen que extraer esta inferencia: La sofocación {Unterdrückung} del
propósito ya presente de decir algo es la condición indispensable para que se
produzca un desliz en el habla.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:15 [No sólo sabemos que son actos ..] (38:38)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4]
No memos
No sólo sabemos que son actos anímicos en los
que puede reconocerse un sentido y un propósito; no sólo que surgen por la
interferencia entre dos diversas intenciones, sino que, además, la ejecución de
una de estas intenciones tiene que haber sufrido cierto refrenamiento para que
pueda exteriorizarse mediante la perturbación de la otra.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:16 [Pero las operaciones fallidas ..] (38:38)
(Super)
Códigos: [Operaciones fallidas - Familia: Conferencia 4]
No memos
Pero las operaciones fallidas son resultado
de compromisos, conllevan un éxito a medias y un fracaso a medias respecto de
cada uno de los dos propósitos; la intención amenazada no se sofoca del todo ni
(prescindiendo de casos singulares) se impone incólume.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:17 [Y algo más todavía! También el..] (38:38)
(Super)
Códigos: [paranoia - Familia: Conferencia 4]
No memos
Y algo más todavía! También el trabajar con
pequeños indicios, tal como de continuo lo hacemos en este ámbito, conlleva sus
peligros. Existe una enfermedad mental, la paranoia combinatoria, en la cual el
aprovechamiento de estos pequeños indicios se practica sin restricción alguna,
y desde luego no he de sostener que las conclusiones edificadas sobre esa base
son invariablemente correctas. De tales peligros sólo pueden precavernos la
extensa base de nuestras observaciones, la repetición de impresiones semejantes
tomadas de los más diversos ámbitos de la vida anímica.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:18 [No profundizaremos más, entonc..] (41:42)
(Super)
Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4] [El olvido - Familia:
Conferencia 4] [Los errores - Familia: Conferencia 4]
No memos
No profundizaremos más, entonces, en las
operaciones fallidas, pero podemos todavía emprender una excursión por ese
vasto ámbito, en la que reencontraremos lo ya conocido y espigaremos algo
nuevo. Me atendré para ello a la división en tres grupos ya establecida al
comienzo: el desliz en el habla, con las formas emparentadas del desliz en la
escritura, el desliz en la lectura, el desliz auditivo; el olvido, con sus
subdivisiones según cuáles sean los objetos olvidados (nombres propios,
palabras extranjeras, designios, impresiones, y el trastrocar las cosas
confundido, el extraviar y el perder,. Los errores, en la medida en que entran
para nosotros en la cuenta, corresponden en parte al olvidar y en parte al
trastrocar las cosas confundido.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:19 [Del desliz en el habla ya hemo..] (44:44)
(Super)
Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4]
No memos
Del desliz en el habla ya hemos tratado con
mucho detalle; no obstante, nos resta agregar algo. A él se anudan fenómenos
afectivos de menor importancia que no carecen totalmente de interés. A nadie le
gusta trastrabarse; a menudo comete un desliz auditivo respecto del
trastrabarse propio, nunca respecto del de otro. El trastrabarse es también en
cierto sentido contagioso; no es fácil hablar del trastrabarse sin incurrir uno
mismo en un desliz de este tipo. Las formas más triviales del trastrabarse,
precisamente las que no pueden dar esclarecimientos particulares sobre procesos
anímicos ocultos, dejan ver con facilidad su motivación. Si alguien, por
ejemplo, ha pronunciado como breve una vocal larga a consecuencia de una
perturbación debida a motivos cualesquiera y sobrevenida a raíz de esa palabra,
alargará a cambio de ello una vocal breve que aparezca enseguida, cometiendo un
nuevo desliz a modo de compensación del anterior. Y lo mismo si pronunció de
manera impropia Y descuidada un diptongo, por ejemplo, «eu», «oi» o «ei»;
buscará compensarlo alterando un «ei» que le sigue en «eu» o en «oi». Ahí
parece cumplir un papel decisivo la consideración por el oyente, no vaya a
creer este que al que habla le resulta indiferente el modo en que trata la
lengua materna. La segunda desfiguración compensadora tiene directamente el
propósito de llamar la atención al oyente sobre la primera y asegurarle que
tampoco al que habla se le escapó. Los casos más frecuentes, más simples y
triviales de trastrabarse consisten en contracciones y anticipaciones del
sonido, que se exteriorizan en partes insignificantes de la oración. En una
oración larga, por ejemplo, es posible trastrabarse anticipando la última
palabra de lo que se tenía la intención de decir. Esto deja la impresión de una
cierta impaciencia por terminar con la oración, y en general atestigua cierta
renuencia a comunicar esa oración o aún a hablar. Así llegamos a casos
fronterizos en que las diferencias entre la concepción psicoanalítica y la
concepción fisiológica corriente del trastrabarse se confunden. Suponemos que
en estos casos está presente una tendencia que perturba a la intención del habla;
ahora bien, ella puede indicar sólo su presencia, no lo que ella misma intenta.
La perturbación que provoca sigue luego ciertas influencias fonéticas o
atracciones asociativas y puede concebirse como desviación de la atención
respecto de la intención del habla. Pero ni esta perturbación de la atención ni
las inclinaciones asociativas que se han vuelto operantes aciertan con la
esencia del proceso. Esta sigue siendo, a pesar de todo, la referencia a la
existencia de una intención perturbadora del propósito del habla, sólo que esta
vez su naturaleza no puede discernirse a partir de sus efectos, como en cambio
es posible hacerlo en todos los casos de deslices en el habla más claramente
delineados.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:20 [El desliz en la escritura, a c..] (46:46)
(Super)
Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4]
No memos
El desliz en la escritura, a cuyo tratamiento
paso ahora, coincide a punto tal con el trastrabarse que no cabe esperar que
amplíe nuestros puntos de vista. Quizá podamos espigar un poco más. Los
pequeños deslices en la escritura, contracciones y anticipaciones de palabras
que vienen después, en particular de las últimas (ver nota), fenómenos tan
difundidos, apuntan una vez más a un desgano general para escribir y a la
impaciencia por acabar con ello; efectos mejor perfilados del desliz en la
escritura permiten reconocer la naturaleza y el propósito de la tendencia
perturbadora. En general, cuando en una carta se encuentra un desliz, se sabe
que no todo estaba en orden en quien la escribía; en cuanto a lo que lo
inquietaba, no siempre es posible determinarlo. Las más de las veces, el que comete
el desliz en la escritura no lo nota, tal como ocurre con el desliz en el
habla. Sorprendente, además, es esta observación: Hay hombres que tienen la
costumbre de releer las cartas que escriben antes de enviarlas. Otros no suelen
hacerlo; pero cuando por excepción lo hacen, siempre tienen ocasión de
descubrir y de corregir un llamativo desliz. ¿Cómo se explica esto? Parece como
si esas personas supieran que han cometido un desliz en la redacción. ¿Debemos
creerlo realmente?
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:21 [Con la importancia práctica de..] (47:48)
(Super)
Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4]
No memos
Con la importancia práctica del desliz en la
escritura se anuda un interesante problema. Quizá recuerden ustedes el caso de
un asesino, H., que supo procurarse, en institutos científicos, cultivos de
agentes patógenos en extremo peligrosos; para ello se presentaba como
bacteriólogo, pero usaba esos cultivos para eliminar por ese medio, el más
moderno, a personas de su entorno. Cierta vez este hombre se quejó a la
dirección de uno de esos institutos por la ineficacia de los cultivos que le
habían enviado, pero cometió un desliz al escribirle, y en lugar de las
palabras «en mis experimentos con ratas {Mäusen} o cobayos {Meerschweinchen}»
se leía nítidamente «en mis experimentos con hombres {Menschen}». Este desliz
llamó la atención de los médicos del instituto; pero, por lo que yo sé, no
extrajeron ninguna consecuencia de él. Ahora bien, ¿qué opinan ustedes? ¿No
habrían debido los médicos tomar ese desliz como una confesión e iniciar una
investigación que impidiera a tiempo los manejos del asesino? El
desconocimiento de nuestra concepción sobre las operaciones fallidas, ¿no habrá
sido en este caso la causa de una omisión grave por sus consecuencias
prácticas? Yo creo que un desliz así me habría parecido altamente sospechoso,
pero hay algo muy importante que impide darle el valor de una confesión. La
cosa no es tan simple. El desliz en la escritura es con seguridad un indicio,
pero por sí solo no habría bastado para iniciar una investigación. El desliz de
ese individuo nos dice, sin duda, que rumia el pensamiento de infectar a otros
hombres, pero no permite decidir si ese pensamiento tiene el valor de un claro
designio de hacer daño o el de una fantasía sin consecuencias prácticas. Hasta
es posible que el hombre que cometió el desliz desmienta esa fantasía con la
mejor justificación subjetiva, rechazándola de sí por algo enteramente ajeno a
él. Más adelante, cuando consideremos el distingo entre realidad psíquica y
realidad material, podrán ustedes comprender todavía mejor estas posibilidades
(ver nota). De cualquier modo, es este otro caso en que la operación fallida
cobra con posterioridad una importancia insospechada.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:22 [En el desliz en la lectura enc..] (50:50)
(Super)
Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4]
No memos
En el desliz en la lectura encontramos una
situación psíquica que se diferencia nítidamente de los deslices en el habla y
en la escritura. Una de las dos tendencias que chocan entre sí está aquí
sustituida por una incitación sensorial y quizá por eso es menos resistente. Lo
que ha de leerse no es una producción de la vida anímica propia, como en cambio
lo es aquello que se quiere poner por escrito. Por eso en una gran mayoría de
los casos el desliz en la lectura consiste en una sustitución total. La palabra
que debe leerse es sustituida por otra, sin que se requiera un vínculo de
contenido entre el texto y el efecto del desliz, que por regla general se
apuntala en el parecido entre las palabras. El ejemplo de Lichtenberg:
Agamemnon en lugar de angenommen, es el mejor de este grupo. Si se quiere
descubrir la tendencia perturbadora que produjo el desliz, debe dejarse por
completo de lado el texto equivocadamente leído, y puede iniciarse la
investigación analítica con estas dos preguntas: ¿Cuál es la ocurrencia más
inmediata que se obtiene frente al efecto del desliz? ¿En qué situación se
produjo este último? En ocasiones, el conocimiento de dicha situación basta por
sí solo para esclarecer el desliz. Por ejemplo, cuando alguien que experimenta
una cierta urgencia deambula por una ciudad que le es extraña y en un gran
cartel que pende de un primer piso lee la palabra Klosetthaus {baños}. Quizá
todavía le quede tiempo para asombrarse por el hecho de que el cartel esté
colocado tan alto, antes de descubrir que literalmente debe leerse ahí
Korsetthaus (corsetería} (ver nota). En otros casos, precisamente este tipo de
lectura errónea del texto que es independiente de su contenido requiere un
análisis más profundo, que no puede realizarse sin tener práctica en la técnica
psicoanalítica ni confianza en ella. Casi siempre, empero, no es tan difícil
esclarecer un desliz en la lectura. La palabra sustituyente deja traslucir sin
más, corno en el ejemplo de Agamemnon, el círculo de pensamientos de que
procede la perturbación. En estos tiempos de guerra es, por ejemplo, muy común
que los nombres de las ciudades, de los generales y de las expresiones
militares se lean dondequiera que una palabra parecida nos sale al paso. Lo que
nos interesa y nos ocupa remplaza a lo que nos es ajeno y no nos interesa. Las
posimágenes de los pensamientos [anteriores] perturban la nueva percepción.
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1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:23 [. Lo que debe leerse es algo n..] (52:52)
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Códigos: [El desliz - Familia: Conferencia 4]
No memos
. Lo que debe leerse es algo no deseado, y
por el análisis nos convencemos de que un deseo intenso de desautorizar lo
leído fue el responsable de su modificación
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1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:24 [El olvido de designios es por ..] (56:56)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4]
No memos
El olvido de designios es por completo
unívoco; como vimos, ni los legos impugnan su interpretación. La tendencia
perturbadora del designio es siempre un propósito contrario, un no querer; y
todo lo que nos resta averiguar de él es la razón por la cual no se expresó de
otro modo, menos disfrazado. Pero la presencia de esa volición contraria es
indudable. Muchas veces se logra también entrever algo de los motivos que la
obligaron a ocultarse; actuando subrepticiamente mediante la operación fallida
siempre alcanza su propósito, mientras que con seguridad se la habría rechazado
de haber emergido como contradicción franca. Si entre el designio y su
ejecución ha sobrevenido un cambio importante en la situación psíquica, a
consecuencia del cual la ejecución de aquel ya no sería pertinente, el olvido
del designio cae fuera del marco de las operaciones fallidas: no provoca ya
asombro, y se comprende que, como recordar ese designio habría sido superfluo,
se lo borró temporaria o duraderamente. El olvido del designio sólo puede
llamarse operación fallida si no podemos creer que este haya quedado suspendido
de ese modo.
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introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:25 [Los casos de olvido de designi..] (58:58)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4]
No memos
Los casos de olvido de designios son en
general tan uniformes y trasparentes que justamente por eso no tienen interés
para nuestra investigación. Pero en dos puntos, no obstante, podemos aprender
algo nuevo del estudio de esta operación fallida. Hemos dicho que el olvido,
vale decir, la no ejecución de un designio, apunta a una volición contraria que
le es hostil. Esto muy bien puede quedar así, pero nuestras investigaciones nos
dicen que la volición contraria puede ser de dos clases, directa o indirecta
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:26 [. En este sentido, al menos, i..] (58:58)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4]
No memos
. En
este sentido, al menos, interpretará el protegido el olvido de su protector.
Pero las cosas pueden ser también más complicadas. La volición contraria a
ejecutar el designio puede venirle al protector de otro lado y apuntar a algo
por entero diverso. No es forzoso que se dirija al protegido; puede dirigirse,
por ejemplo, a la tercera persona ante la cual debe hacerse esa recomendación.
Ven entonces ustedes los reparos que también aquí se oponen a la aplicación
práctica de nuestras interpretaciones. A pesar de su recta interpretación del
olvido, el protegido corre el riesgo de caer en un exceso de recelo y de hacer
objeto de grave injusticia a su protector. Otro ejemplo: Cuando alguien olvida
la cita que convino con otro y a la que él mismo se propuso acudir, la razón
más frecuente ha de ser sin duda la desgana directa de encontrarse con esa
persona; pero el análisis podría aquí aportar la prueba de que la tendencia
perturbadora no atañe a esa persona, sino al lugar en que debe realizarse la
cita y que es evitado a consecuencia de un recuerdo penoso conectado a él. Otro
ejemplo: Cuando alguien olvida despachar una carta, la tendencia contraria
puede apoyarse en el contenido mismo de aquella; pero en modo alguno está
excluido que la carta en sí sea inofensiva y que la tendencia contraria la
afecte únicamente porque algo en ella trae a la memoria otra carta, escrita en
una ocasión anterior, que ofreció a la volición contraria un asidero directo;
puede decirse entonces que la volición contraria se trasfirió desde aquella
carta anterior, donde estaba justificada, a la carta presente, en que nada
tiene que hacer. Ven ustedes que en la aplicación de nuestras interpretaciones,
por justificadas que sean, tenemos que andarnos con tiento y precaución; lo que
psicológicamente tiene el mismo valor puede ser multívoco en la práctica.
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1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:27 [El olvido de nombres propios y..] (64:64)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4]
No memos
El olvido de nombres propios y de nombres
extranjeros, así como de palabras extranjeras en general, puede reconducirse de
igual modo a un propósito contrario que se dirige directa o indirectamente
contra los nombres en cuestión. Ya les he presentado varios ejemplos de una
aversión directa de esa índole. Empero, la causación indirecta es aquí
particularmente frecuente y suele requerir cuidadosos análisis para
establecerla. Así, en este tiempo de guerra que nos ha forzado a resignar tantas
de nuestras inclinaciones anteriores, también nuestra capacidad de recordar
nombres propios ha sufrido a consecuencia de las más extrañas conexiones. Hace
poco me sucedió que no podía reproducir el nombre de la ciudad morava de
Bisenz, y el análisis mostró que no era culpable de ello ninguna hostilidad
directa, sino la asonancia con el nombre del Palazzo Bisenzi, de Orvieto, que
en repetidas ocasiones yo había visitado con gusto (ver nota). Como motivo de
la tendencia dirigida contra el recuerdo de este nombre nos topamos aquí, por
primera vez, con un principio que más adelante nos revelará su enorme
importancia para la causación de síntomas neuróticos: la aversión de la memoria
a recordar algo que estuvo conectado con sensaciones de displacer y cuya reproducción
renovaría ese displacer. En este propósito de evitar el displacer que
provocarían el recuerdo u otros actos psíquicos, en esta huida psíquica frente
al displacer, podemos reconocer el motivo último que opera no sólo en el olvido
de nombres, sino en muchas otras operaciones fallidas, como omisiones, errores,
etc.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:28 [Empero, el olvido de nombres p..] (66:66)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4] [nombres - Familia:
Conferencia 4]
No memos
Empero, el olvido de nombres parece estar
particularmente facilitado por factores psicofisiológicos, y por eso ocurre
también en casos en que no puede corroborarse la interferencia de un motivo de
displacer. Si alguien en una circunstancia tiende a olvidar nombres, mediante
una investigación analítica podrán comprobar ustedes que no sólo se le escapan
esos nombres porque no le gustan o le recuerdan algo desagradable, sino también
porque en su caso el mismo nombre pertenece a otro círculo asociativo con el
cual mantiene relaciones más íntimas. El nombre se mantiene, por así decir,
anclado ahí, y se rehusa a las otras asociaciones momentáneamente activadas. Sí
ustedes recuerdan los artificios de la mnemotecnia, comprobarán con algún
asombro que pueden olvidarse nombres a raíz de los mismos nexos que se
establecen deliberadamente para precaverse del olvido. El ejemplo más llamativo
lo proporcionan los nombres propios de personas, que, como bien se comprende,
han de tener para diferentes individuos una valencia psíquica enteramente
diversa. Tomen ustedes, verbigracia, un nombre como Teodoro. Para algunos de
ustedes no significará nada particular; para otros, será el nombre de su padre,
de su hermano, de su amigo o su propio nombre. La experiencia analítica les
mostrará después que los primeros no corren el peligro de olvidar que una
cierta persona extraña lleva ese nombre, mientras que los otros se inclinarán
de continuo a escatimar al extraño un nombre que les parece reservado para
relaciones íntimas. Ahora adopten la hipótesis de que esta inhibición
asociativa puede coincidir con la acción del principio de displacer y además con un mecanismo indirecto, y
estarán en condiciones de formarse una idea acertada sobre la compleja
causación del olvido temporario de nombres. Pues bien, un análisis concreto les
develará todas estas complicaciones, sin excepción.
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:29 [El olvido de nombres propios y..] (63:64)
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Códigos: [nombres - Familia: Conferencia 4]
No memos
El olvido de nombres propios y de nombres
extranjeros, así como de palabras extranjeras en general, puede reconducirse de
igual modo a un propósito contrario que se dirige directa o indirectamente
contra los nombres en cuestión. Ya les he presentado varios ejemplos de una
aversión directa de esa índole. Empero, la causación indirecta es aquí
particularmente frecuente y suele requerir cuidadosos análisis para
establecerla. Así, en este tiempo de guerra que nos ha forzado a resignar
tantas de nuestras inclinaciones anteriores, también nuestra capacidad de
recordar nombres propios ha sufrido a consecuencia de las más extrañas
conexiones. Hace poco me sucedió que no podía reproducir el nombre de la ciudad
morava de Bisenz, y el análisis mostró que no era culpable de ello ninguna
hostilidad directa, sino la asonancia con el nombre del Palazzo Bisenzi, de
Orvieto, que en repetidas ocasiones yo había visitado con gusto (ver nota).
Como motivo de la tendencia dirigida contra el recuerdo de este nombre nos
topamos aquí, por primera vez, con un principio que más adelante nos revelará
su enorme importancia para la causación de síntomas neuróticos: la aversión de
la memoria a recordar algo que estuvo conectado con sensaciones de displacer y
cuya reproducción renovaría ese displacer. En este propósito de evitar el
displacer que provocarían el recuerdo u otros actos psíquicos, en esta huida
psíquica frente al displacer, podemos reconocer el motivo último que opera no
sólo en el olvido de nombres, sino en muchas otras operaciones fallidas, como
omisiones, errores, etc.
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1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:30 [Los casos de olvido de designi..] (58:58)
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Códigos: [designios - Familia: Conferencia 4]
No memos
Los casos de olvido de designios son en
general tan uniformes y trasparentes que justamente por eso no tienen interés
para nuestra investigación. Pero en dos puntos, no obstante, podemos aprender
algo nuevo del estudio de esta operación fallida. Hemos dicho que el olvido,
vale decir, la no ejecución de un designio, apunta a una volición contraria que
le es hostil. Esto muy bien puede quedar así, pero nuestras investigaciones nos
dicen que la volición contraria puede ser de dos clases, directa o indirecta.
Es mejor ilustrar con uno o dos ejemplos lo que se entiende por esta última.
Cuando el protector olvida interceder ante una tercera persona en favor de su protegido,
ello puede suceder porque en verdad no se interesa mucho por este último, a
raíz de lo cual no tiene grandes deseos de hacerlo. En este sentido, al menos,
interpretará el protegido el olvido de su protector. Pero las cosas pueden ser
también más complicadas. La volición contraria a ejecutar el designio puede
venirle al protector de otro lado y apuntar a algo por entero diverso. No es
forzoso que se dirija al protegido; puede dirigirse, por ejemplo, a la tercera
persona ante la cual debe hacerse esa recomendación. Ven entonces ustedes los
reparos que también aquí se oponen a la aplicación práctica de nuestras
interpretaciones. A pesar de su recta interpretación del olvido, el protegido
corre el riesgo de caer en un exceso de recelo y de hacer objeto de grave
injusticia a su protector. Otro ejemplo: Cuando alguien olvida la cita que
convino con otro y a la que él mismo se propuso acudir, la razón más frecuente
ha de ser sin duda la desgana directa de encontrarse con esa persona; pero el
análisis podría aquí aportar la prueba de que la tendencia perturbadora no
atañe a esa persona, sino al lugar en que debe realizarse la cita y que es
evitado a consecuencia de un recuerdo penoso conectado a él. Otro ejemplo:
Cuando alguien olvida despachar una carta, la tendencia contraria puede
apoyarse en el contenido mismo de aquella; pero en modo alguno está excluido
que la carta en sí sea inofensiva y que la tendencia contraria la afecte
únicamente porque algo en ella trae a la memoria otra carta, escrita en una ocasión
anterior, que ofreció a la volición contraria un asidero directo; puede decirse
entonces que la volición contraria se trasfirió desde aquella carta anterior,
donde estaba justificada, a la carta presente, en que nada tiene que hacer. Ven
ustedes que en la aplicación de nuestras interpretaciones, por justificadas que
sean, tenemos que andarnos con tiento y precaución; lo que psicológicamente
tiene el mismo valor puede ser multívoco en la práctica.
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
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AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:31 [El olvido de impresiones y de ..] (68:68)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4] [Vivencias - Familia:
Conferencia 4]
No memos
El olvido de impresiones y de vivencias
muestra, todavía con mayor nitidez y exclusividad que el olvido de nombres, la
acción de la tendencia a mantener alejado del recuerdo lo desagradable. No todo
su ámbito, desde luego, pertenece a las operaciones fallidas, sino sólo
aquellos casos que, medidos con el patrón de nuestra experiencia ordinaria, nos
parecen llamativos e injustificados; así, cuando el olvido recae sobre
vivencias demasiado frescas o demasiado importantes, o tales que su falta abre
una laguna en una trama que en lo demás se recuerda bien. Un problema por
entero diverso es este: ¿Por qué y de qué modo podemos olvidar, entre otras,
vivencias que sin duda nos han dejado la más profunda impresión, tales como los
sucesos de nuestros primeros años de infancia? En relación con esto, la defensa
contra mociones de displacer cumple cierto papel, pero está lejos de explicarlo
todo (ver nota). Las impresiones desagradables pueden olvidarse con facilidad;
es un hecho indubitable. Diversos psicólogos lo han notado, y al gran Darwin le
produjo una impresión tan fuerte que se creó la «regla de oro» de anotar con
particular cuidado observaciones que parecían desfavorables para su teoría,
pues se había convencido de que precisamente estas no querían quedarse en su
memoria (ver nota).
P 1: Freud, S (2001 [1917 (1915
1916)]) 4ta conferencia Los Actos fallidos En Vol XVConferencias de
introducción al psicoanálisis Buenos
AiresMadrid Amorrortu.docx - 1:32 [Quien oiga hablar por primera ..] (70:70)
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Códigos: [El olvido - Familia: Conferencia 4]
No memos
Quien oiga hablar por primera vez de este
principio, según el cual el olvido es un medio para defenderse del displacer
que provocaría un recuerdo, rara vez dejará de objetar que su experiencia le
indica, más bien, que lo penoso es justamente lo difícil de olvidar. En efecto,
siempre retorna, contra la voluntad de la persona, para torturarla; así, el recuerdo
de injurias y humillaciones. También este hecho es correcto, pero la objeción
no es justa. Es importante empezar a tomar oportunamente en cuenta que la vida
anímica es una liza donde libran combate tendencias encontradas o, para
expresarlo en términos no dinámicos, consiste en contradicciones y en pares de
opuestos. La demostración de una tendencia determinada no implica que deba
excluirse su opuesta; hay lugar para ambas. Sólo interesa el comportamiento
recíproco de los opuestos, averiguar los efectos que parten de uno y los que
parten del otro.
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