martes, 28 de abril de 2015

Lo vincular (apuntes)





Berenstein, I., & Puget, J. (1999). Lo vincular. Clínica y Técnica psicoanalítica. Argentina: Paidos.

Prólogo


Áreas icc y sus representaciones






En busca de nuevas hipótesis psicoanalíticas.

La teoría psicoanalítica llamada genéricamente clásica se construyó inicialmente teniendo como base empírica  los hechos provenientes de la sesión psicoanalítica individual.
Desde hace varios años aparece en la clínica escollos que para nosotros se transforman en desafíos teóricos.
Trabajar con otros encuadres ofrece a su vez un obstáculo para la teoría clásica porque obliga privilegiar y dar un status, a la presencia m para cada yo , de otro real  externo.
Las modificaciones y ampliaciones vienen de una triple demanda:
a)      Desde el interior mismo de la teoría, cuando algunas insatisfacciones llevaron al desarrollo de diversos puntos de vista.
b)      Desde el campo de la interrelación entre lo social y el sujeto donde surgieron otros problemas, de los cuales aún falta definir su pertinencia a la teoría psicoanalítica.
c)      De los analista cuando el padecimiento vincular no encuentra un despliegue posible en el encuadre bipersonal.
Es posible pensar que las formulaciones del conocimiento psicoanalítico derivaron de las patologías predominantes a principios de siglo
Un enfoque posible para abordar este problema es considerar la limitación clínica de cada encuadre basándonos en una reformulación del concepto de transferencia. El presupuesto es que, si bien el encuadre facilita la transferencia y transferir es una propiedad disposicional del sujeto, ello sólo es posible cuando las condiciones son adecuadas. No todo encuadre es apto para toda transferencia.  

Problemas que surgen a raíz del tema de pertenencia simultánea a varios espacios psíquicos.
1.      Si se tratan de conflictos con otros reales externos, los estados vinculares estables  ofrecen una amplia gama de perturbaciones difíciles de encontrar desde el encuadre bipersonal.
2.      Problemas actuales vinculados a la desestabilización del sentimiento de pertinencia.
3.      Límites de la función analítica dependientes de aspectos ideológicos que en determinados momentos llegan a transformarse en escollo para el analista.

Algo acerca de los espacios psiquicos.


Propusimos un modelo de aparato psíquico en el cual se organizan zonas diferenciables que hemos llamado espacios psíquicos.  , metáfora de un tipo de representación mental y vincular que el yo establece con su propio cuerpo , con cada uno de carios otros y con el mundo circundante. La idea de espacio sugiere ciertos bordes , límites, algún tipo de organización  y zonas intersticias sin las cuales no sería posible detectar espacios diferentes.
Mundo interno: Donde está el sujeto con sus representaciones, imágenes, sueños, fantasías. Allí se alojan las representaciones de su cuerpo, así como del propio funcionamiento mental.
Mundo interpersonal: Donde el yo está con otros, en alguna relación de privilegiada intimidad. Con éstos intercambian amor, ternura, irritación, agresión, odio, toda la gama de sentimientos ambivalentes.
Mundo circundante, sociocultural: Donde se establecen relaciones con uno o varios conjuntos representantes de la sociedad: valores, creencias , ideología, principios morales, historia.  
Cada uno de estos espacios tiene vida propia, y todos constituyen los pilares del sentimiento de pertenencia.

Paciente e inserción social.
Situación social: Inseguridad proveniente de contextos socioculturales. Estabilidad económica.
Nos preguntamos si era factible tomar estos datos como indicadores de un estado real, por lo tanto no pasible de ser cubierto por significado, o si este material convalida la hipótesis de un desequilibrio proveniente del contexto social donde se registraba una pérdida de la seguridad habitual basadas en aspectos estables, aquellos que se suponían fijados y por lo tanto enmudecidos.
Enfocar el problema de esta manera lleva a proponer un tipo de interpretación en la que:
a)      Se reconoce la existencia de ese mundo desde el contenido manifiesto y
b)      Se investiga cómo cada paciente busca solucionar esta dificultad.
Aunque el yo pote por soluciones persecutorias, melancólicas o maníacas , resulta esclarecedor detectar el tipo de pactos que establece con lo que le resulta perturbador cuando el elemento conflictivo proviene del mundo que lo rodea.
 La escisión del sujeto , la línea divisora separa un sector que sigue respondiendo al deseo y otro acorde con el medio circundante.
Existen varias formas de conciliación de la relación del sujeto con el medio social: una es la mencionada escisión del sujeto que se realiza instaurando en el psiquismo una vivencia primaria de marginación (no pertenencia), equivalente a la anomia.

Acerca de la problematica de la inserción en el espacio circundante. 


La posibilidad de analizar los conflictos derivados de la inserción en el contexto social depende de la capacidad del analista de obtener los datos atinentes a la pertenencia.
Para el analista, conocer lo que puede ser significativo para su paciente referido a la pertenencia social lo obliga a ponerse en contacto con su propia inserción social.
En la búsqueda de diferenciación de cada uno de los espacios psíquicos nos encontramos ane la necesidad de puntualizar sus diferentes organizadores. Hasta ahora nos manejamos con dos de ellos: para el espacio intersubjetivo, la prohibición del incesto y la de la muerte del padre, y la prohibición de matar y de robar para el espacio social. 


Oscilamos entre dos posibilidades metapsicológicas y técnicas:

a)      La de afirmar que los tres espacios son recorridos por igual u el significado tiene una sola fuente: el mundo infantil primitivo. El punto de partida el mundo interno.
b)      Otra perspectiva sostiene que los espacios son independientes, tienen su propio origen y su propia lógica. Entonces sus significantes y sus organizadores tienen especificidad y el significado reconoce un origen independiente y propio a cada uno de los espacios.


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